Para lograr un efectivo y correcto tratamiento es indispensable realizar un adecuado diagnóstico y ejecutar un plan de tratamiento apropiado al caso a trartar, siempre teniendo en cuenta que no existen fórmulas magistrales ni métodos automáticos para abordar todos los casos de la misma manera ( standarizar los tratamientos), sino todo lo contrario hay que individualizar el caso a tratar ya que no existen dos casos de idénticas características en personas diferentes. Es por ello que ante todo tenemos que tener en cuenta que vamos a trabajar con los dientes de un paciente, que formar parte de una boca, que está incluída en un sistema (sistema estogmatognático: dientes, huesos, músculos, tendones, articulaciones, tejidos blandos, en funcionamiento), que están contenidos en el macizo cráneo-facial , que todos formar parte de una persona de un individuo (como lo indica su nombre : individual), que están sometidos a cambios permanentes de acuerdo a los estímulos que reciben.
En primer lugar hay que realizar una correcta inspección clínica, que es la que va a ser determinante en nuestra planificación , es el método principal de diagnóstico; y en segundo lugar vienen los métodos complementarios o auxiliares de diagnóstico (entre ellos: radiografías, modelos de estudios, cefalogramas, fotografías, tomografías computadas, centellogramas, resonancias magnéticas, y más) que son de gran utilidad y gracias a los avances tecnológicos e informáticos cada vez más práctico y sencillos de utilizar.
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